Si hay algo claro que marcó la pandemia de Coronavirus (entre varias cosas, por supuesto) fue la obligación que tuvimos de empezar a mirar hacia dentro. Nos encontramos con rutinas cotidianas de 24 horas en casa y todos esos detalles que solíamos dejar pasar cuando volvíamos luego de estar 10 horas afuera (el tacho de basura deteriorado, las pantuflas viejas, la necesidad de reemplazar la sartén, etc.) empezaron a sonar fuerte en nuestra cabeza. Así fue como comenzamos a hacer pequeñas modificaciones en el espacio y, en algunos casos, también nos embarcamos en varias reformas. Este "mirar hacia dentro" no sólo hizo foco en nuestro hogar sino en nuestro interior. Nos vimos compelidas a pensar cosas que teníamos postergadas, a replantearnos aspectos de nuestra vida vinculados al trabajo, a los estudios o a las relaciones; y en definitiva, tuvimos la ardua tarea de estar con nosotras mismas, todo el tiempo, todos los días.
Además de los cambios hogareños y los razonamientos varios, nuestro guardarropas fue víctima de la mirada incisiva. ¿Por qué tengo tantas bombachas apretadas y ninguna relativamente cómoda?, ¿cómo puede ser que todos los jeans sean chupín y no cuente con uno recto, más suelto y flojo?, ¿es necesario que todas mis remeras tengan estampas y no tenga alguna perdida de un sólo color?, ¿realmente uso todos estos zapatos con taco? Preguntas como estas hay por miles pero todas vuelven a un mismo factor común: la comodidad. Y ese poder sentirnos cómodas también buscó la simpleza de los colores neutros, la suavidad del algodón, la liviandad del lino y la practicidad de las zapatillas.
Con el correr de las semanas (y luego los meses), las marcas rápidamente comenzaron a aprovechar la frase "quedate en casa" para virar toda su comunicación a un estilo de vida puertas adentro. Lookbooks en livings, influencers en su cotidianeidad luciendo prendas sueltas y relajadas, micro colecciones con el morley y el algodón como estrellas, variedad de pijamas, pantuflas y zapatillas a disposición. Hay que reconocerles que se movieron rápido (quizás no pasó los mismo con la logística de los envíos) y que nosotras caímos -también rápido- en la "necesidad" de renovar todo nuestro placard.
Durante este largo período de encierro, Instagram fue y sigue siendo la herramienta más completa para conocer marcas nuevas. A favor de ellas, el estar impedidos de salir no hizo necesaria la instalación de un local así que sólo bastaba con tener las prendas, un servicio de correo y la chance de poder pagar con tarjeta o transferencia. Desde ese lugar quizás se pueda decir que la pandemia ayudó a algunos emprendedores en el crecimiento de su negocio pero, claro está, siempre y cuando respondieran a necesidades muy actuales y también muy volátiles (creo que desde abril hasta la fecha cambiamos nuestros gustos y hábitos de consumo más de una vez).
Aprovechando el tiempo libre recopilé para ustedes una selección de marcas que ofrecen una visión de la moda desde la simpleza y la comodidad. Sean bienvenidas a compartir otras que acá no aparecen para ampliar el listado y contar con mayor variedad a la hora de elegir.
Un punto en contra en algunas de estas marcas son los talles ya que suelen recurrir al talle único. Por más que muchas prendas se ven amplias, el comprar online tiene la dificultad de no poder probar y si las medidas no corresponden o, peor aún, no están disponibles, entonces mejor buscar otra cosa. Al margen de ello, van a ver que en cada una hay una buena variedad de productos y salvo un par, los precios son amables con la billetera.
La pregunta del millón es si este estilo tan despojado seguirá vigente cuando volvamos al trajín del día a día, ese que conocíamos hasta mediados de marzo de este año. Estamos tan acostumbradas a adornarnos, a caer en ropa incómoda con tal de lucir bien, a terminar la jornada con los pies apretados y el elástico del corpiño clavado en la espalda, que no sé si será otra moda pasajera o definitivamente podremos encontrar un equilibro con estilo entre lo cómodo y lo simple. ¿Ustedes qué piensan?
¡Felices Fiestas y nos leemos la semana que viene!
La ropa interior que tema!!! Renové algunas pero no sé bien a q lugares recurrir
ResponderEliminarYo compré online (y la pegué) en Selú, Cocot (vía Mercado Libre) y Deville. Te los recomiendo.
EliminarMe encanto esa marca bäs ! Anotadisima 😀
ResponderEliminarSomos dos!
EliminarUno de mis cambios es que no vuelvo al corpiño tradicional, excepto ocasiones especiales, luego de la cuarentena no pude volver... asi que uso solo deportivos de diferentes formas, y van bien con ropa de verano tambien excepto que sean muy finitas.Tambien volvi a usar mas polleras largas que no usaba hace mucho en verano.Saludos! mariana
ResponderEliminarEn redes leí mucho esto, que la cuarentena hizo que el corpiño se volviera una molestia y que mejor no usarlo o cambiar por uno deportivo. Se ve que a muchas mujeres les jorobaba en el día a día pero no se daban cuenta. A mí no me pasó eso así que sigo siendo Team Corpiño con Aro, jaja! Lo que sí sumé fueron prendas holgadas, ropa cómoda y que no deje marcas. Bueno, es casi como lo tuyo con el corpiño pero desde otra prenda.
EliminarBesos!!
con la pandemia le he prestado atención a la comodidad de mi cuerpo, camisas y remeras absolutamente full algodón, si consigo lino, mejor! nada ajustado tampoco tan holgado eh! Bombachas de algodón 100% marca aretha funcionan bárbaro, del corpiño nada mejor que una vez transpasada la puerta del hogar, afuera! junto con el barbijo!jaja
ResponderEliminarpor otro lado hace mucho que no te seguia, y hoy me lleve la grata noticia de la llegada del bebé. Felicitaciones familia.
Silvia, gracias por tu comentario y tu buena onda :) Todo es más que bien recibido!
EliminarEn materia de ropa estoy de acuerdo con vos: algodón a full y todos los textiles más nobles posibles. El otro día me puse una camisa divina que es full acrílico y te juro que mi piel no la resistía. Supongo que la pandemia ayudó a que nos preocupemos más por aquello que llevamos encima, que toca nuestro cuerpo. Algún punto a favor hay que encontrarle, no?
Beso!!