La Pregunta

¡Feliz lunes, amigos! Hoy retorno a la oficina luego de dos semanas ausente y faltaría a la verdad si les dijera que necesito más descanso. La semana en Aruba y la semana en casa fueron -¡por suerte!- suficientes para recargar las baterías y tirar con ellas hasta diciembre. Que loco, no? Ya podemos empezar a hablar de fin de año... no falta nada para comprar los regalos de Navidad, mirar los fuegos artificiales del 31 y, en mi caso, apagar las velitas y recibir los 33. Ouch!! Pero mejor volvamos a las pilas inaugurales de este post, ¿les parece?

Aruba me dejó una hermosa sensación. No sólo es mar turquesa y arena blanca sino que está todo meticulosamente cuidado, podés caminar a la noche con la cámara colgando y se respira un clima optimista que viene perfecto para quienes estamos de vacaciones.

Esta isla, país independiente que forma parte del Reino de Holanda, está en el Mar Caribe, muy cerca de Venezuela. Se puede recorrer entera en algunas horas y tiene muchas partes sin edificación por lo que auguro una proyección importante.

Es super turista friendly recibiendo en su mayoría a norteamericanos, colombianos y venezolanos.

Supongo que gracias al primer grupo de turistas los horarios son nefastos para nosotros. Con el desayuno no es tan terrible: arranca a las 7 AM y termina a las 12 PM (tremendo desayuno, tre-men-do. No hacía falta almorzar ni merendar). Pero el tema era la cena: largaba a las 18 hs. ¡¡Locos!! Peor aún, el horario se extendía hasta las 22.30 hs. por lo que si se te ocurría hacerte el rebelde y cenar a las 23.30 hs. -como muchas veces hacemos acá-, salvo en Burger King no tenías nada de nada. ¿Quieren sumarle más rareza a la noche de Aruba? A la 1 AM se cortaba todo: cero tragos, cero baile, cero party time.

Nos costó acostumbrarnos pero no quedó otra.

Siguiendo con los detalles les cuento que es super ventoso, caluroso y húmedo por lo que la sola idea de hacerme el flequillo se evaporó en el momento en que salí del aeropuerto y me dejé envolver por la brisa caribeña.

Otro dato es que si bien está todo en inglés, se habla español y papiamento, el idioma oficial de la isla. A veces nos pasaba que queríamos practicar nuestro inglés y notaban nuestra tonada latina por lo que la respuesta era en español. Sea como fuera, te hacés entender seguro.

Finalmente, los casinos quieren conquistar el mundo (igual que Farmacity acá). Cada hotel tiene uno y desde la mañana están en actividad. Probé suerte una noche y me fue fantástico: aposté 40 dólares en la ruleta y terminé con 125. ¿Se imaginan qué hice al día siguiente? Desde ya, ¡¡compras!!

La locura timbera no termina en los hoteles sino que se extiende hasta el aeropuerto: adentro hay un mini casino y antes de abordar, algunas máquinas tragamonedas.

Cosas para seguir contando hay muchas pero lo principal es que es super recomendable y volvería una y otra vez ya que fui feliz ahí.

Quiero dejarles algunas postales de esos días pero antes me gustaría que este post se nutra con sus experiencias, por lo que...

La pregunta del día es: 

¿dónde pasaron sus mejores vacaciones? ¿Por qué?

Mi respuesta: y sí, ¡Aruba!

Mañana se vienen algunos looks playeros y detalles del evento de VER con prendas que realmente me conquistaron (y eso que lo que había visto en vidriera me pareció poco encantador).

Espero sus comentarios y les agradezco el tiempo en dejarlos :)

¡Radiante comienzo de semana!

PD: prometo que a partir de hoy me pongo al día con los blogs. Abusé de mis vacaciones y hasta el domingo a la noche traté de estar desconectada.

La playa del hotel.

Plaza principal en el centro.

Nuestra vista desde la habitación.

Centro.

Ese es el fondo del mar.

Atardecer con vista privilegiada.

Recibiendo a la noche en la playa,

Muy lejos de mi presupuesto.

Típica edificación del centro y joyerías a troche y moche.

"¡Y nosotros amamos a Dunkin' Donuts!"

Smokey Joe's como parte de la noche gastronómica.

Aruba, el mar y el amor ♥