No sé ustedes pero cada vez que veo algún canal de cable al momento de llegar las publicidades siempre me encuentro con dentífricos y jabones/lociones/desodorantes/lanzallamas contra los microbios que recorren nuestro mundo (
ya hice un descargo en su momento -lo pueden ver acá-). Parece que la gente necesita desesperadamente ver sus dientes blancos y sus cepillos bailar al compás de los Bee Gees. Ni hablar del tema de las bacterias, esos seres del inframundo que junto con los
morlocks planean conquistar nuestros cerebros y dominar el cosmos.
A veces noto que las publicidades nos toman de paparulos en lugar de buscar una forma de conectar con nuestros deseos e identificarse con quienes consumimos (o potencialmente podemos consumir) sus productos.
¿A qué viene esto? A nada. Simplemente mientras editaba las fotos de hoy, mirando de reojo Friends por Warner, se me cruzaban en el camino estas odiosas publicidades a las que no les encuentro razón de ser.
Vamos con lo nuestro que hoy es miércoles (¡mitad de semana!) y toca chusmear mi propio vestidor. Esta vez llegamos al décimo Vistazo de mi placard y como aún tengo la segunda parte del post de leggings en producción (!), busqué un ítem ideal para este clima.
Me encanta el frío pero sólo porque es la antinomia del calor y ese sí que es mi enemigo acérrimo. No me va la onda de transpirar, no saber ya qué ropa sacarme ni esas noches agobiantes en que la respiración de otro se convierte en tu oxigeno. Entonces llega el frío con la posiblidad de emponcharnos hasta más no poder, dormir haciendo cucharita y usar medias polar para tener los pies abrigados y felices. Si bien gusto de todo esto, no soy tanto de ponerme dos poleras, un sweater, bufanda y abrigo; opto por los saquitos que me dan la chance de no sentirme encebollada cuando llego a un lugar.Por eso hoy les traigo algunos modelitos que andan por mis perchas.
El cardigan es un infaltable en el vestidor. Tanto para la media estación como para los fríos venideros, esta prenda es un clásico que se renueva. Abajo puede ir con polera, remerón manga larga, camisa, vestido... queda bien con todo. Si queremos, además, lo cortamos con un cinturón finito y ya le damos aires chic.
Este es de hace dos años y lo compré en Falabella (Basement). Está totalmente exprimido ya que le vengo sacando el jugo desde el momento en que se hizo mío.
Cada vez que ordenaba ropa para regalar este saquito iba y venía. Lo compré en C&A (¿se acuerdan?) y debe tener como 10 años. Es de algodón así que no abriga nada pero como me encanta la combinación de colores, con una polera y bufanda puedo salir a enfrentar los vientos de 10º.
Se lo pedí a mi Mamá el año pasado y nunca más se lo devolví. Me acuerdo el día que lo compró en Yagmour y yo pensé: "¡Lo quiero!". Como no daba comprar el mismo, esperé un tiempito para pedírselo y tomarlo prestado (ejem...) sin fecha de vencimiento.
Me gustan los colores porque es un animal print en negro y un marrón grisáceo que lo saca de la estampa original.
Otro que tiene sus años a cuestas pero su extraña tela que mezcla lana y algodón con unos brillitos, hizo que lo comprara en VER y hasta el día de hoy siga acompañándome. Me parece femenino pero las fotos no fueron fabulosas por lo que quizás no notan su encanto.
El clásico saquito negro, imperecedero y
must have total, llegó desde Etam y lo que más me gustó de este modelo es el detalle de las cintas en cada botón. Es un super comodín que se puede combinar de todas las formas que se nos ocurran.
Como sé que ustedes gustan de las compras tanto como yo, quisiera saber si me pueden recomendar locales que tengan saquitos mononos y con amplia variedad. Siempre termino yendo a los mismos lugares para comprar "seguro" pero ahora tengo ganas de incorporar nuevas marcas.
Mañana es día de compras y obvio que tengo más adquisiciones antes de que se termine el mes. Los espero por acá así de paso palpitamos juntos el comienzo del fin de semana.
¡Abrazos abrigados!