BAFWEEK Día 2: MODO Humedad & 80's ON (1º parte)

El segundo día del BAFWEEK pasó y desde la entrada a La Rural me llevé gratas sorpresas. Ni bien me bajé del taxi en la puerta de ingreso, me encontré con Romina "Lady Migraña", una de las ganadoras del sorteo de entradas en este blog. Con un outfit divino diseñado todo por ella, le hice entrega de su premio y entramos juntas al Pabellón Amarillo.
La sorpresa número dos se presentó cuando vi paradita a un costado de la puerta a Shantall Lacayo, una de las tres finalistas de la primera edición de Project Runway Latinoamérica. Resultó ser un encanto total, charlamos un ratito (yo no sabía que vivía acá hace tiempo) y nos sacamos foto juntas.
Luego de esto, partí a hacer la respectiva fila para el desfile que inauguraba la jornada: Tramando. Para mi total beneplácito, no sufrí -como en el día anterior- las avalanchas humanas para lograr un buen lugar. Todo lo contrario. Lista para ver lo nuevo de Martín Churba, me senté en segunda fila y la presencia de Ana Torrejón al frente mío me dió la pauta de que la ubicación era buena.

Con Marisa esperando el inicio del desfile. Mi cara es la síntesis del cansancio y el peinado se lo debo a la encantadora humedad que me devolvió a los 80's con esos rulos locos y me hizo sentir parte de Flashdance.

Este desfile fué fantástico. Antes de que las modelos ocuparan su lugar, la música encendió la pasarela y una extraña bailarina de tap comenzó a dejarse llevar por el ritmo. Tenía una notoria agilidad que luego demostró al seguir bailando a lo largo de todas las pasadas. En el medio de la pasarela, una batería dejaba tocarse por esta bailarina y todo era captado por una camarógrafa in situ que proyectaba de a momentos las imágenes en vivo del desfile.

La ropa me gustó porque es original y eso tiene que ser valorado. En un mercado de la moda en que la copia es Ama y Señora, ver diseños bien de autor llama la atención. Sumado a eso la puesta en escena es suprema por lo que el combo está completo.
Los colores que se destacaban era el violeta (en mayor o menor medida), el gris, el natural y los infaltables blanco y negro. Mucho brillo, piernas ajustadas y mezclas de texturas. 100% recomendado.

El segundo desfile que vi fué el de Maria Pryor y esta vez me ubiqué en la primera fila junto a Lore Perez que me explicó algunos detalles de esta diseñadora. Su afán por generar prendas acordes a mundos mágicos y de cuento, la lleva a hacer colecciones en las que Frodo -del Señor de los Anillos- no dudaría en invertir sus ahorros para agasajar con un vestido a su novia. Además de esto, Maria Pryor es super tímida y no gusta de exponerse, razón por la cual es capaz de quedarse sentada en unas escaleras, oculta de todos, viendo como sus creaciones recorren pasarelas.

Si bien no encuentro ocasión para usar sus prendas, valoro nuevamente la creatividad. Para ver cosas que vemos en mil locales de Buenos Aires, me quedo en casa y organizo una salida un sábado. Por el contrario, para dejarme llevar por la atmósfera creativa del diseñador y meterme en su mundo por unos cuantos minutos, el BAF es el lugar ideal. En el caso específico de Maria Pryor, me gustaron sus vestidos hechos de paños pesados y colores vibrantes. También había lanas, plumas y tacos altos; esto último no va conmigo porque de seguro me subo a ellos y aterrizo en cuestión de segundos en el piso.
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Saliendo de este paseo imaginario por la comarca, se venía el desfile que más esperaba: Prüne. No es novedad que amo las carteras y que Prüne, Lázaro y Blaqué son mis mejores amigas. Es por esto que la expectativa que tenía con este desfile trepaba a lo más alto de mis rulos.
Ya en la fila empecé a mufarme: largaron los empujones. Luego de un rato de esperar porque se habilite la entrada de Prensa, empezaron a pasar personas con pulseras con el logo de la marca en dorado. Bueno, ok, pasen nomás. Al terminar de entrar, ¿nos toca a nosotros? ¡No! Ahora el turno eran los de la pulsera pero en plateado. ¡Arghhhhhhhhhhh! Finalmente pude ingresar, me senté en segunda fila con Natu, Ellie, Antonia y Amparo y pensé: "¡Showtime! A disfrutar de Prüne". Por desgracia no fué así. Primero que nada, las luces eran malísimas y todo estaba semi oscuro por lo que mi non professional Kodad no captaba ni una foto. Ok, no importa, después las saco de otro lugar. Cuando empiezan a desfilar las carteras, la colección era aburridísima. Cero color, cero modelos jugados: lo mismo del año pasado y quizás del anterior. Sumado a eso, la pasarela de acrílico hacía que las modelos se patinaran en sus tremendos tacos y lucharan por su vida dejando de lado la misión de lucir las carteras. El resultado fué un desfile en el que estábamos pendientes de que las chicas no se quebraran y en el que la vedette de la noche no fué la colección de Prüne sino... nada. Duró poquisímo y eso fué lo mejor: temía por las posibles fracturas de las modelos.
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La noche terminaba con el desfile de Cook pero el VIP se nos presentó como la mejor opción. Degustamos quesos, bocaditos, vino tinto y mini Norton. Nos reímos en exceso y aprovechamos el momento para relajarnos y disfrutar.
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Olvídense de mi cara: el corazón me queda menjor que cualquier cosa.
Mis compañeros de ruta: Gonza, Marisa y Roxy.

El tercer día arranca en un ratito. Mañana les traigo más pero esta tarde pasen a saludar que tengo una nueva entrevista. Lamento no responder rápido los comentarios pero prometo tiempo en pocos días.
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Au revoir!!