
La semana pasada terminó de la mejor forma en que un viernes puede cerrar: con amigos, muchas risas y con cumpleaños. En esta ocasión, Natu (
del blog CMQ) y yo festejamos nuestros cumples juntas en AcaBar, un restó lúdico clásico de Palermo. En mi caso, los 32 los cumplí el 1º de enero pero aproveché que Natu cumplía ese viernes 14 y armamos juntada blogger. Algunos amigos no pudieron venir pero quienes dieron el presente conformaron inmediatamente el típico "grupo lindo" con el que te dan ganas de festejar una vez por semana.
La noche estuvo mediada por la comida, los tragos y los juegos. Sobre ellos, se nos cayó el Jenga más de una vez (esa es la idea, no?) y a la hora de dibujar con el Sexctionary demostramos que definitivamente lo nuestro es la redacción y la opinión.
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Antes de pasar a que vean algunas fotos de tan "feliz cumpleaños", les quiero hablar de AcaBar.
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El mayor punto en contra de este lugar es su recepcionista: Norma. Si ya al ingresar a un lugar nos atiende una persona con tan mala educación realmente uno se espera que los servicios que prestan sean espantosos. Van dos situaciones para que puedan imaginarse los modos de la señora en cuestión (
¡no puedo con mi genio! ¡Descargo yaaa!).
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Situación 1
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Con Natu no habíamos reservado porque nos pedían $65 por cabeza y no sabíamos si todos querían gastar esa cantidad por lo que la idea fue caer temprano (20.30 hs.) y copar el lugar discretamente.
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(Siendo 5 al ingresar al restaurante)
Norma: "Hola, ¿tienen reserva?".
Natu: "No".
Norma: "¡¿Cómo pueden venir sin reserva?! ¡Es viernes a la noche! ¡No se viene sin reserva!".
Natu (conmigo en la oreja diciéndole "Nos vamos ya"): "Lo que pasa es que no sabíamos qué iba a consumir cada uno entonces mejor veníamos temprano y elegíamos mesa y listo".
Norma: (bufando) "Uffff, mmmmmm, ¿cuántos van a ser? Van a cenar, no? ¡Porque esta hora es para cenar, no para tomar algo".
Natu (conmigo al lado y viendo que me salía humo de la cabeza): "Seremos 10, 12. Algunos van a comer, otros a tomar".
Aninka (con unas ganas tremendas de mandarla a freir churros a Manolo): "¡¡Tampoco nos retes!!".
Norma: "No los estoy retando: son las normas de la casa (con razón se llama como se llama) ¡Todos tienen que comer! Voy a ver qué se puede hacer...".
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Considero que si voy a un lugar en donde yo pago, lo mínimo que solicito es que me traten con cortesía aunque los modos sean fríos; pero siempre respetuosamente. Esta señora es el ejemplo de lo que no hay que tener en la recepción de ningún lugar porque espanta a la gente. De no ser porque avisamos que ahí nos encontrábamos y no sabíamos con certeza quiénes iban a asistir, sin duda nos habríamos ido.
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Situación 2
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(Norma ubicándonos en la mesa)
Norma: "¡¡Todos tienen que comer!!".
Natu: "Si, si, vamos a ver...".
Norma: "Pero todos tienen que comer. Esta es la hora de la cena".
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¿Se te puede obligar de esa forma? No, para nada. Por suerte la moza que nos tocó era la antítesis total de este Leviatán de los restaurantes por lo que pedimos entrada (riquísimas y abundantes papas rejilla), primer plato (en mi caso, pastas), tragos (bien por el Mojito; muy fuerte el White Russian) y gaseosas.
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Luego de este escrache bloggero, vamos a las fotos asi paseamos un rato por esta noche festiva.
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Los veo mañana.
¡Sonríanle al lunes!