Kenzoki o la brevedad de un romance

Cuando empecé a escribir en el blog (junio de este año), lo que me motivó en un principio a largarme en esta aventura fue mi pasión por salir de compras. Mi objetivo había sido la ropa, los zapatos y las carteras y de eso en casa había (y hay) mucho material. Pero en lo que respecta a productos de belleza, mi presupuesto no tenía destino ni pensaba tenerlo.

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Con el correr de los meses conocí otros blogs y me fuí interiorizando sobre varias cosas pero comencé a prestarle especial atención a la cosmética ya que era un nicho poco profundizado por mi (y por mi bolsillo) y según el consejo de las expertas en el tema, el cuidado de la piel y el maquillaje que usamos es tan importante como las botas que calzamos y los vestidos que lucimos. La piel es nuestra presentación al igual que nuestra indumentaria por lo que salir toda monona pero con un rostro descuidado era lo mismo que salir vestida con papel de diario y un tacho de basura como sombrero.

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Quienes compramos de forma compulsiva sufrimos de enamoramiento con determinadas marcas, prendas u objetos que potencian nuestro look. Y nada mejor que seguir encontrando áreas inexploradas en donde desarrollar, cual terreno virgen, nuestra eterna propensión al gasto. Ya he explicado que mi compulsión no llega a enfermedad (¡no tiemblen por mi salud, queridos lectores!) pero si algo me gusta y no me defrauda, le prometo fidelidad duradera y varias cuotas sin interés.

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Gracias a los consejos de Anita y de Virginia, descubrí a Kenzoki, la línea de tratamiento para la piel lanzada por Kenzo y que se caracteriza por ser "cosmética sensorial" ya que por medio de la aromaterapia y de los componentes de la naturaleza (flor de jengibre, flor de loto, hojas de bambú y vapor de arroz) logran no sólo tratar con respeto y suavidad a nuestra delicada piel, sino que armonizan a nuestro cuerpo con nuestro espíritu. Y esto es enteramente cierto.

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Mi primera adquisición, con mucho escepticismo y pocas ganas de gastar tanto en una crema, fue la "crema blanca de día". La usé día y noche cerca de dos meses y el resultado fue increible: mucha luminosidad, color de piel unificado y tersura.

Evidentemente me enamoré de forma apasionada y decidí que era hora de destinar fondos a la belleza de mi rostro, siempre de la mano de Kenzoki. Pero este amor llegó a su fin: la marca se va del país.

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El pasado viernes 9 de diciembre, bloggers de belleza convocados por Kenzoki, la perfumería Rouge del Patio Bullrich y Virginia Blanco, alma mater del blog De Voga en Voga, tuvimos una cita con Mirta López, Training Manager de la marca en nuestro país. Allí se nos explicó que Kenzoki iba a dejar de distribuirse en Argentina y que no se sabía si volvería más adelante (la crónica exacta en este post del blog de Vir).

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Voga.Chic!, nuestra anfitriona blogger

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¡Imagínense mi sorpresa! Yo, la que hace menos de un año me podía sacar el maquillaje con Nivea Q10 y que humectaba mi rostro con el agua de la ducha; y que ahora era toda una fanática de una excelente línea de cuidado en la cual pensaba invertir por los siglos de los siglos... ¡¡y se van!! Una tristeza total.

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Las bloggers presentes: Fruticienta, Lore Pérez, Anita Lorileira y Kathy

Más allá de la mala noticia, tanto Mirta como Silvia Restori, la consultora de Kenzoki en la perfumería, fueron un absoluto encanto y así como charlamos de la bondad de los productos también lo hicimos de la vida y de las cosas que las chicas amamos. Hubo bocaditos de Nucha, fotos, risas y hasta sorteos por compra (¡¡gané!!). Finalmente fue una tarde preciosa que estuvo marcada por la brevedad de un romance.

Con Silvia y Mirta luego de la charla

¡Mi arsenal Kenzoki!