COAS: ¡vivan las naciones y sus precios!

¿Qué slogan, no? "Vuelve a enamorar". Lo vi y no entendí por qué. El año pasado fui, muy a regañadientes. Mi mamá me pidió que la acompañe y era casi en los últimos días de la feria asi que asumí iba a estar lleno de gente y además, no iba a quedar nada. Imaginen que con esa actitud no iba del todo bien predispuesta. Ahí estuve, con una cara de totó atómica en cuanto vi la eterna fila que había para entrar (me olvidé de comentar que era sábado) y ya al interior de la feria, un mundo de gente, yo creo que todas las naciones estaban pero con sus habitantes. Hacía calor, filas en cada stand, el resto del resto del resto para comprar y mi ánimo en menos mil. Conclusión: "nunca más vengo", eso me dije. Y miren que poderosa es mi afirmación que mañana inaugura y ya estaré chusmeando todo in situ. Ahhh, si, yo soy muchas cosas y entre ellas también soy compradora compulsiva asi que nunca, pero nunca, me termino de desencantar del todo con algo que implique "shopping".

Nuevamente es mi mamá, la compradora mater premium del universo (!), que me dice: "Mañana empieza la feria y no me aguanto, voy mañana mismo. Fijate en la web qué cosas te gustan y me decís". Divina al cubo. Pensé: "no me voy a pelear con media multitud (detesto los lugares colmados de gente, me superan), no tendré que hacer filas y ni voy a tener que sacar dinero de mi billetera". ¡Ideal! Pero en toda esa frase de mi mamá estaba el detonante de mi decisión de estar mañana, cual soldado o custodio, paradita frente a cada producto que quiero: "fijate en la web". Entré. Y claro, ¡me enamoré!

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Además, me vino al dedillo porque a las 17 hs. tengo cita en el Patio Bullrich para mi sesión de cabina con productos Kenzoki que me gané en el blog De Voga en Voga: dos pájaros de un tiro y otro viernes perfecto.

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Miren los productos y los precios. Sin dudas, la Feria de las Naciones vuelve a enamorar.